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8 claves para transitar hacia la movilidad urbana sostenible

Uno de los descubrimientos de la ciudad de Amsterdam, reconocida entre otros méritos por su sistema de movilidad basado en la bicicleta, es que la clave para transformar el modelo de transporte urbano está en la comunicación abierta y la cooperación con los socios en el sector, según un informe del Foro Económico Mundial y el ayuntamiento de la ciudad holandesa.

El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) acaba de publicar, en colaboración con el ayuntamiento de Amsterdam, un informe con sugerencias para lograr una cooperación eficaz entre entidades locales y el sector del transporte, con el fin de hacer las ciudades más sostenibles, seguras e inclusivas.

“En el último decenio, han cobrado importancia dos nuevos puntos de interés: la sostenibilidad y, especialmente en las ciudades, el uso del espacio público. Paralelamente a este enfoque ampliado, la tecnología ha producido numerosas transiciones de movilidad. Hoy en día, los viejos y los nuevos sistemas coexisten, y esto está desafiando el statu quo de la gestión de la movilidad”, señala el WEF en su página web.

Sus nuevas recomendaciones se articulan en torno a ocho guías prácticas sobre: la gestión de datos compartida, el uso del espacio público y el impacto de la infraestructura, la seguridad, la inclusión y equidad, el trabajo justo, la movilidad compartida, la transición limpia y la integración multi-modal.

Para cada tema, el WEF provee consejos específicos como, en el caso de la gestión de datos compartida, acordar una serie de normas para garantizar el anonimato y, al mismo tiempo, la transparencia en el manejo de los datos de los ciudadanos. También recomiendan que la información recabada se use para compararla (en “benchmarks”) con otras urbes y mejorar continuamente el modelo de transporte.

En lo que respecta al espacio público, los expertos sugieren a los regidores de las ciudades que introduzcan mecanismos para controlar el buen uso del espacio común (por ejemplo, reduciendo el aparcamiento en la vía pública) y así paliar la concentración de coches. En cuanto a la seguridad, las recomendaciones —que se dirigen al conjunto de ciudades del mundo— pasan por las ya conocidas medidas clásicas (como el cinturón de seguridad, entre otras) que se aplican en muchos países desarrollados, y señala la oportunidad de implementar las innovaciones tecnológicas para mejorar la seguridad. Amsterdam, por ejemplo, llegó a un acuerdo con Uber para reducir los siniestros con conductores de la compañía, que tras vivir cuatro muertes entre su plantilla en accidentes de tráfico entre diciembre y enero, decidió elevar el límite de edad para trabajar en la compañía a los 21 años, mientras que antes lo fijaba en los 18.

Por otro lado, para conseguir un modelo de transporte urbano más inclusivo, el WEF apunta la necesidad de hacer que los sistemas de transporte público lleguen a los denominados “desiertos de movilidad” que podemos encontrar en prácticamente cada región metropolitana.  El informe refleja además que una movilidad sostenible será aquella que cuide a sus empleados, y por ello incluye medidas como asegurar oportunidades laborales por igual a todos los ciudadanos y condiciones óptimas para los trabajadores, en línea con los principios de la Charter of Principles for Good Platform Work.

Sobre la movilidad compartida, la guía recalca que se deberá llevar a la práctica una combinación de estrategias de comunicación de cambio social y de comportamiento para favorecer el uso temporal y compartido, en lugar de apostar por la compra de vehículos.

La transición limpia llegará, según el WEF, cuando las ciudades dispongan de flotas de vehículos de cero emisiones, y eficientes. Jugará también un papel importante la movilidad compartida, donde se deberá favorecer la eficiencia a través de medidas para incentivar la mayor ocupación posible tanto en el transporte público e individual.

Por último, las ciudades y sus socios en el sector de la movilidad deberán esforzarse para integrar los diferentes modos de transporte —tanto públicos como privados— y vertebrar y expandir la cobertura de movilidad en una urbe gracias a sistemas unificados de pago, horarios y acceso al transporte

Texto: Marta Montojo. Foto: WEF.

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