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Conexión en las ciudades de 15 minutos y territorios de 45 minutos

“Un modelo de lugares para vivir cercanos, diversos e inclusivos y conectados, diseñados para regenerar las relaciones humanas y las interrelaciones con la naturaleza”. Esta es la definición a la que llegó un grupo interdisciplinar de profesionales cuando visualizaron el modelo de Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos en España, de la mano del Foro NESI de Nueva Economía e Innovación social.

Con la idea de profundizar en cada uno de los adjetivos de esta definición, el pasado diciembre lanzamos una serie de artículos en la exploramos la diversidad e inclusión y la cercanía. Hoy, nos centramos en la conexión.

¿Por qué el foco en la conexión?

Una de las mayores críticas al modelo de ciudades de 15 minutos es que su implementación puede generar el incremento de desigualdades sociales. Es importante, por tanto, señalar que la apuesta por la proximidad tiene que ir de la mano de una apuesta por el equilibrio territorial. No se trata de generar núcleos privilegiados o guetos aislados, sino de un sistema policéntrico y diverso de muchas ciudades de 15 minutos y territorios de 45 minutos interconectados.  ¿Pero a qué tipo de conexiones nos referimos?

Infraestructura de movilidad activa y sostenible

Como comentábamos en el segundo artículo de la serie, la proximidad es la base del modelo de Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos. Para que esto sea posible, son necesarios los usos mixtos del suelo que permitan aprovechar el espacio urbano para distintas funciones vitales, como pueden ser la vivienda, el comercio o el trabajo. Pero también es importante que exista una infraestructura que conecte esos espacios entre ellos, facilitando y haciendo apetecible la movilidad activa, es decir, a pie o en bicicleta.

El modelo de Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos busca que, además de esas conexiones internas, sea posible desplazarse a otras ciudades y territorios a través de opciones de movilidad sostenible como pueden ser el transporte público u otros vehículos compartidos. No se trata de aislar núcleos urbanos, sino de reducir los desplazamientos obligados y hacer posible realizar los deseados de manera sostenible.

Planificación estratégica y policéntrica

Para hacer posible esa red policéntrica e interconectada de barrios, ciudades y territorios de proximidad, se necesita un enfoque mucho más estratégico que conecte y aborde de manera conjunta temáticas como la movilidad, el empleo, la vivienda y los asuntos sociales en la planificación de nuevos desarrollos o proyectos de regeneración urbana.

Las ciudades, además, dependen y se interrelacionan con otros territorios metropolitanos y rurales para abastecerse de alimentos, energía y población, por lo que se hace también necesaria una apuesta por la planificación estratégica también a nivel metropolitano, para tener en cuenta las interrelaciones con los territorios colindantes.

Sin este enfoque estratégico, se corre el riesgo de incrementar desigualdades al intentar mejorar nuestras ciudades, ya sea a nivel de barrio, generando procesos de gentrificación, o a nivel nacional, contribuyendo a la despoblación de las ciudades medias, y con ellas, el mayor debilitamiento del medio rural. Los problemas de superpoblación de las ciudades son el mismo problema de la despoblación del medio rural, mirado desde otra perspectiva.

Conexiones entre las personas

Al priorizar las personas sobre los vehículos en el diseño o rediseño de las ciudades, se abren grandes posibilidades que contribuyen a la generación de espacios de encuentro en el espacio público: las calles, las plazas, los parques, no tienen que ser solo un lugar de paso, pueden convertirse en lugares generadores de comunidad e identidad.

Como comentábamos en el artículo sobre diversidad e inclusión, la accesibilidad universal y la perspectiva de género proporcionan herramientas para que las ciudades se conviertan en espacios más amables para todas las personas, donde satisfacer las necesidades vitales básicas en un entorno de cercanía.

Conexión con la naturaleza

Los espacios verdes de proximidad son también considerados como una de las necesidades vitales a cubrir por el modelo de Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos. Dependiendo de la idiosincrasia del municipio, estos podrán tomar la forma de grandes parques, calles reverdificadas, cubiertas y azoteas verdes, bosques metropolitanos, parques comestibles o huertos urbanos. Son numerosos los estudios que hablan de los beneficios de las zonas verdes tanto para el planeta, como para la salud física y mental de las personas, e incluso sus efectos motivadores a la hora de fomentar la movilidad activa, haciendo más apetecibles los paseos a pie o en bicicleta. Pero además, una planificación estratégica de estos espacios puede contribuir a la mejora de la biodiversidad urbana, rompiendo con la dicotomía ciudad/campo y encontrando novedosas formas de atraer a la naturaleza a los espacios urbanos.

El Foro NESI y sus colaboradores apostamos por barrios, pueblos y ciudades conectados que posibiliten la movilidad activa de cercanía y la movilidad sostenible para desplazamientos más largos. Apostamos por que los servicios y los espacios productivos se acerquen a las personas y no a la inversa, en una red policéntrica que asegure el equilibrio territorial entre sus nodos. Apostamos por que esa red fomente las relaciones entre las personas a través del espacio público y edificios versátiles que se convierten en lugares de encuentro y relación, trabajo, diversión, cuidados y aprendizaje. Y apostamos, por supuesto, por la conexión con la naturaleza, enriqueciendo la biodiversidad en nuestros barrios, pueblos y ciudades.

Consulta más información en nesi.es/declaracion-ciudades-15-minutos/  y apóyanos con tu firma individual o la de tu organización.

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