Con motivo del Día Internacional de los Bosques que se celebra hoy viernes 21 de marzo, Espresso Communication ha realizado una serie de encuestas entre las principales publicaciones internacionales del sector por encargo de KONE, multinacional líder en la industria de ascensores y escaleras mecánicas.
En primer lugar, la cadena árabe Al Jazeera reveló que sólo en 2024 se perdieron más de seis millones de hectáreas de bosques en todo el mundo. ¿Los efectos sobre el planeta? Incontables y devastadores, empezando por el cambio climático y la sucesión, a intervalos cada vez más regulares, de fenómenos naturales extremos.
Pero eso no es todo porque, según el Financial Times, la deforestación también es un problema para la salud humana, ya que puede facilitar la propagación de infecciones. Un ejemplo concreto procede de Guinea, donde la deforestación estuvo asociada a la epidemia de ébola que se produjo hace unos años. He aquí otros datos de un reciente análisis de Earth.org: la tala de árboles altera la biodiversidad y facilita la propagación de vectores portadores de patógenos, a menudo la causa de infecciones peligrosas como el dengue y la malaria. Pero, ¿existen soluciones específicas y eficaces para invertir la tendencia, fomentar la reforestación y salvaguardar así la salud de la Tierra?
La respuesta es sí y viene del mundo de los mercados. Según Business Research Insights, el activo del llamado «servicio de plantación de árboles», es decir, todas aquellas prácticas y actividades que favorecen la reforestación y la mejora del clima, superará los mil millones de euros de facturación en 2032 (+200% respecto a 2023) con una tasa de crecimiento anual medio compuesto (TCAC) del 15%.
Los organismos e instituciones también juegan un papel clave, como el Gobierno británico, que prevé maximizar su financiación «orientada a los bosques» hasta superar los 200 millones de libras.
¿Y las empresas? Desde luego, no se quedan de brazos cruzados. Sumándose a la iniciativa del Foro Económico Mundial, muchas empresas y organizaciones de todo el mundo se han fijado el objetivo de conservar, restaurar y cultivar alrededor de un billón de árboles de aquí a 2030.
Un ejemplo es KONE, que destaca por su fuerte huella ecológica. Entre sus muchas iniciativas, KONE apoya una serie de proyectos de reforestación y protección forestal, especialmente en Italia: «Hoy en día, una empresa no sólo debe ser eficiente, sino también mostrarse como una realidad responsable tanto hacia las personas como hacia el Planeta en el que vivimos», dice Gilberto Crippa, Jefe de Ingeniería de Soluciones para Clientes en KONE Italia & Ibérica. «Como organización sostenible, KONE colabora con Etifor – una empresa de consultoría medioambiental – en el desarrollo de los proyectos de reforestación y mejora medioambiental de la iniciativa WOWnature, con el objetivo de contribuir activamente a la lucha contra la crisis climática global y la pérdida de biodiversidad.
Los árboles que ayudamos a crecer absorberán dióxido de carbono. De este modo, apoyamos la mitigación del efecto invernadero y el desarrollo de ecosistemas equilibrados y resistentes dentro del patrimonio natural de Italia». Sólo en 2024, el apoyo de KONE ayudó a plantar más de 3.500 árboles solo en Italia.
A las palabras de Gilberto Crippa se unen otras tecnologías emergentes que serán cada vez más incisivas en la lucha contra la deforestación. EnviroNews Nigeria, por ejemplo, se centra en la llamada «tecnología del biogás», muy útil para limitar la tala de árboles. ¿Cómo? El biogás puede producirse a partir de residuos como la basura y el estiércol, y ofrece no sólo una alternativa viable a la leña, sino también una fuente de energía extremadamente limpia.
La lucha contra la tala masiva y a veces incontrolada de árboles también es abordada por Business Insider, que analiza el papel estratégico de los drones. En efecto, estos aparatos se utilizan para restaurar los bosques víctimas de incendios o catástrofes naturales. Además, existen drones guiados a distancia por un piloto en directo, capaces de transportar y posteriormente plantar una media de mil a dos mil árboles por hectárea.
Por último, ¿podría faltar la tan popular inteligencia artificial? En efecto, como explica Earth.com, existen algoritmos de aprendizaje automático que almacenan ingentes cantidades de datos y, gracias a ellos, es posible predecir posibles riesgos de deforestación, identificar actividades de tala ilegal y, en definitiva, modelizar los impactos del cambio climático en los bosques, impulsando así a profesionales y voluntarios a aplicar estrategias proactivas y consolidadas de conservación de los árboles.