Los espacios verdes se asocian con diversos efectos beneficiosos para la salud, entre los que destacan una menor mortalidad prematura, una mayor esperanza de vida, menos problemas de salud mental, menos enfermedad cardiovascular, mejor función cognitiva en niños, niñas y personas mayores y bebés más saludables. Asimismo, ayudan a mitigar la contaminación atmosférica, el calor y el ruido, contribuyen al secuestro de CO2 y proveen oportunidades para la práctica de ejercicio y la interacción social.
En base a la evidencia científica existente, la OMS recomienda el acceso universal a los espacios verdes y establece la meta de que haya un espacio verde de al menos media hectárea a una distancia de no más de 300 metros en línea recta desde cada domicilio. Partiendo de este objetivo y de los datos proporcionados por estudios anteriores, un equipo de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal ha estimado la mortalidad atribuible a la falta de espacios verdes en 978 ciudades y 49 áreas metropolitanas.
Para calcular el espacio verde existente en cada ciudad, el estudio ha utilizado el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) como indicador principal. El NDVI es un indicador que mide cómo de verde es un área determinada. Toma en consideración cualquier tipo de vegetación, desde el arbolado de las calles a los jardines en propiedades privadas, y se obtiene a partir de imágenes de satélite. Puesto que el tipo de vegetación es variable entre ciudades y regiones y no todas tienen el mismo tipo de verde, el equipo tradujo la recomendación de la OMS a un valor de NDVI específico para cada ciudad.
El equipo científico obtuvo datos de mortalidad por causas naturales y de niveles de espacio verde de cada una de las ciudades estudiadas relativos al año 2015. Posteriormente, usando una metodología de análisis cuantitativo del impacto en salud y en base a los datos sobre asociación entre espacios verdes y mortalidad proporcionados por grandes meta-análisis publicados con anterioridad, estimó el número de muertes por causas naturales que podría ser evitado en caso de que cada ciudad cumpliera con la recomendación de la OMS (Fuente: ISGlobal).