El proyecto se denomina Celebrate Public Life. Su objetivo es sencillo y a la vez ambicioso: se trata de invitar a cada participante a situar, en una plataforma digital, aquellos lugares que considere destacables en su ciudad. Los lugares deben ser escogidos en razón de su capacidad de aportar relajación, diversión y seguridad; de ser acogedores y seguros para los niños; de propiciar el contacto con la naturaleza y con otras personas, o simplemente de poseer una arquitectura sugerente.
Estos criterios o filtros resultarán en una serie de etiquetas vinculadas a cada lugar que aparezca en la plataforma para que aquellos que quieran consultarla lo tengan más fácil a la hora de encontrar espacios con unas características determinadas. La información se muestra en un mapa interactivo plenamente accesible (open data) y la comunidad puede verter continuamente sus opiniones a través de redes sociales (Twitter e Instragram). En la versión visible del mapa, en la página web del proyecto, aparecen algunos proyectos españoles como el carril bici de Majadahonda, en Madrid o la Plaza del Castillo en Pamplona.
El proyecto está siendo impulsado conjuntamente por la consultoría especializada en ecología y diseño urbano Gehl, cuyo trabajo se basa un análisis empírico de las dinámicas de las ciudades y la Fundación Bernard van Leer, especializada en la mejora de los entornos para el desarrollo del bienestar infantil. Las dos organizaciones se han unido para contribuir a dar vida a los espacios públicos de las ciudades garantizando la diversidad, la inclusión y la presencia de niños pequeños y sus cuidadores durante todo el año.
Conocimiento colectivo
En el origen de Celebrate Public Life está la constatación de que existe una gran riqueza de conocimiento colectivo sobre aquellos lugares que hacen que la vida colectiva sea mejor. Sin embargo este conocimiento no llega a aquellas personas que podrían sacar mucho partido de él, como, por ejemplo, los responsables de las políticas públicas y, en general, todos los agentes que en mayor o menor medida deciden cómo deben ser las ciudades.
Sus impulsores han resumido en cinco puntos clave la necesidad de una plataforma de este tipo: para pronunciarse a favor de la necesidad de defender la vida en el espacio público; para incrementar el nivel de conciencia sobre los espacios públicos de calidad; para ayudar a la toma de decisiones sobre el espacio público; para ofrecer a las comunidades entornos más saludables, seguros, donde sea posible el encuentro con otras personas, y para recordar que una ciudad muy favorable para los niños y sus cuidadores es también una ciudad muy favorable para todos los ciudadanos en general.
Los lugares escogidos por los participantes pueden ser muy distintos: desde un sitio muy concreto (calle, plaza) hasta un barrio entero. Lo importante es aportar los criterios de la elección y fundamentarlos con opiniones e historias alrededor de los lugares en cuestión.
Texto: Albert Punsola