Desde el lugar que Ildefons Cerdà concibió como centro absoluto de su plan urbanístico, en el corazón del actual distrito tecnológico de Barcelona (el 22@) la Torre Glòries, propiedad de MERLIN Properties, se ha abierto a los visitantes de forma permanente por primera vez gracias a Mirador torre Glòries. El espacio nace como un doble mirador que ofrece una experiencia única para redescubrir Barcelona a través de una nueva mirada, sea desde la planta 30 o en la menos uno.
En un momento de constante cambio, con las ciudades luchando por ser más verdes, amables y sostenibles, el nuevo equipamiento invita a los visitantes a tomar conciencia de que no viven solos y a reflexionar sobre la interdependencia e interconexión que existe entre todos los elementos que conforman el ecosistema urbano.
Para ello, los visitantes participan en un viaje que comienza en Hipermirador Barcelona, un mirador sin ventanas reales donde gracias al arte, la ciencia y la tecnología descubrirán la Barcelona a la que habitualmente no se le presta atención; aquella que complementa y a la vez es el sustento de la ciudad que luego podrán ver desde el mirador 360°. Porque Barcelona no se compone solo de calles, edificios, parques, etc.
Una parte muy importante la conforman los olores, el viento, la luz, el mar… A partir del big data, gracias a sensores e instrumentos que recogen datos de sistemas urbanos en tiempo real y a cinco espectaculares instalaciones que combinan arte, música, tecnología y producciones audiovisuales de gran formato, se toma el pulso a la ciudad para descubrir Barcelona como un organismo vivo, habitada por vecinos humanos y no humanos. José Luis de Vicente, comisario y asesor creativo de Hipermirador Barcelona, comenta: “Más allá de la foto estática de la ciudad ofrece al visitante una inmersión en ella con información en tiempo real de la velocidad de los vientos, la temperatura del agua o el dibujo que crean los flujos electromagnéticos”.
Una vez el visitante ha interiorizado el pulso de la ciudad, ascenderá hasta una altura de 125 metros para observar desde el mirador prácticamente todos los rincones de la ciudad. Descubrirá prismas de la Barcelona hasta ahora inéditos, pero no de una manera pasiva sino con una mirada poliédrica, consciente y responsable del entorno y del ecosistema urbano.
Como colofón, en ese mismo espacio aún unos metros más arriba, podrá subir a la obra de arte transitable Cloud Cities Barcelona, de Tomás Saraceno, y sentirse suspendido como en una nube desde donde podrá reflexionar sobre el futuro de las ciudades en clave medioambiental. El Mirador torre Glòries está dirigido por Aleix Pratdepàdua y se encuentra en uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, diseñado por los arquitectos Jean Nouvel y Fermín Vázquez.