Madrid es una de las ciudades con más calles arboladas de todo el mundo. La capital española tiene una media de 18 metros cuadrados de área verde por cada habitante, superando así el límite que fija la OMS como mínimo de zona vegetal que debe tener una ciudad (15 m2/habitante).
Madrid es “una de las ciudades del mundo con mayor cantidad de arbolado en sus calles”, según explicó en el Foro de las Ciudades de Madrid Ifema la directora de Gestión del Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento, Beatriz García San Gabino, en la sesión sobre renaturalización urbana e infraestructuras verdes del pasado 14 de junio.
García San Gabino explicó en su ponencia en qué consiste el Plan Estratégico de Zonas Verdes, Arbolado y Biodiversidad de la Ciudad de Madrid, presentado oficialmente días más tarde y con el que se pretende, en última instancia, establecer una red de grandes calles verdes, y asegurar que el 80% de la población de Madrid tenga una a menos de 1.000 metros.
¿Por qué desarrollar una nueva estrategia?
El gobierno municipal argumenta que Madrid necesitaba una nueva estrategia porque “la infraestructura verde no funcionará si no queda explícita en la planificación territorial”. El plan busca así “conservar, gestionar y reequilibrar la infraestructura verde y el ecosistema urbano de Madrid, mejorándolo progresivamente y adaptándolo al cambio climático para su uso, disfrute y bienestar ciudadano”.
Y es que la infraestructura verde proporciona a la ciudad múltiples beneficios. Entre otras cosas, atenúa el agua de tormenta, aporta sombra, contribuye a la refrigeración, mejora la calidad del aire, la estética y los hábitos sociales, almacena el carbono, proporciona alimento y refugio para la biodiversidad y aumenta el ahorro de energía.
Red de 289,1 kilómetros de calles verdes principales
La estrategia que propone el Ayuntamiento piensa crear una red de 289,1 kilómetros de calles verdes principales (en la que se incluyen algunos tramos ya existentes), con entre 12 y 15 kilómetros de conexiones verdes estratégicas y 6,5 kilómetros de conexiones verdes, a través del distrito Centro.
En paralelo, se prevé hacer un estudio individualizado de cada una de las parcelas de suelo interbloque de uso público y titularidad privada, y en los casos en que sea posible, promover su conservación municipal para incrementar la dotación verde de la ciudad y mejorar su mantenimiento y limpieza. Para el fomento de la biodiversidad, se quiere renaturalizar determinados espacios en parques y zonas verdes, así como crear micro-reservas para crear zonas de refugio para la fauna, y emplear especies vegetales que favorezcan su alimentación.
Por otra parte, las plazas se convertirán en espacios más verdes, se continuará con el programa municipal de huertos urbanos, se ampliará el catálogo de especies vegetales, se mejorará la tipología del suelo, se erradicará el uso de herbicidas, y se implantarán nuevas tipologías de espacios verdes, como muros y balcones.
Todo ello en un marco 2020-2030 a través de acciones específicas orientadas al objetivo de mejorar los ratios de proximidad a los espacios verdes y de reequilibrar el territorio de modo que en cada distrito haya al menos un árbol por cada tres habitantes, el mínimo recomendado por la OMS. Con todo ello, el Ayuntamiento de Madrid quiere situar al municipio “en el lugar que merece, a nivel de las grandes ciudades del mundo desarrollado” (texto: Marta Montojo. Foto: Ayuntamiento de Madrid).