Para obtener información detallada sobre diferentes características, como el uso del suelo, la dinámica demográfica de una región o las infraestructuras ya existentes, las soluciones basadas en datos geoespaciales se han convertido en una herramienta imprescindible, ofreciendo una visión detallada desde el aire para mejorar la toma de decisiones.
Uso de imágenes de satélite en la planificación urbana
Debido a que muchas ciudades del mundo, especialmente aquellas donde las oportunidades de trabajo son mayores, están inmersas en un proceso lento pero continuo de desarrollo y expansión, la demanda de información topográfica y edafológica no deja de aumentar. Diferentes situaciones o actividades requieren diferentes tipos de datos, aunque la mayoría de las veces se usa alguna de estas opciones:
● Imágenes de satélite de alta resolución: Las imágenes de alta resolución otorgan una mayor precisión gracias a la calidad de datos. La clasificación de las zonas de construcción, la cartografía de infraestructuras, el apoyo en la creación de planes de desarrollo en zonas verdes o la planificación regional son algunos de sus usos. Su principal inconveniente radica en el área que cubren cada una de estas imágenes, por lo que en grandes extensiones es necesario contar con múltiples imágenes de este estilo.
● Imágenes de satélite de resolución media: A diferencia de las imágenes de alta resolución, las imágenes de resolución media cubren un área de terreno más amplia, aunque con menor definición. A la hora de identificar objetos, especialmente objetos “pequeños” estas imágenes pueden no ser suficientes. Entre los usos habituales están el análisis de las tendencias de uso del suelo, la identificación de patrones de distribución o control del impacto medioambiental, por nombrar algunas.
● Imágenes pancromáticas: Las imágenes pancromáticas sirven como base para crear análisis avanzados relacionados con una zona en particular, como la gestión de catástrofes, la seguridad pública o la gestión de activos públicos.
Uso del índice NDVI para la gestión de parques y análisis del medioambiente
En los últimos años, la preocupación por el medioambiente ha crecido de forma exponencial, especialmente tras ver los devastadores efectos de algunos fenómenos meteorológicos extremos. El software para el seguimiento del índice NDVI es otra herramienta más para los planificadores urbanos y los departamentos de medioambiente, ya que este índice es una de las formas más sencillas y comunes de poder conocer la salud de las plantas.
Imagen: Los datos NDVI identifican y diferencian la salud de las zonas verdes de Lisboa
El NDVI, o Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada, es una herramienta de medición capaz de evaluar el nivel y la intensidad del verdor de las plantas en cada píxel de una imagen de satélite. La fórmula matemática del NDVI calcula la diferencia entre la luz roja visible y la luz del infrarrojo cercano reflejada por la vegetación. Aunque el valor del índice oscila entre -1 y +1, los valores positivos indican la situación de la vegetación: valores altos y cercanos a +1 representan una vegetación densa y sana, mientras que valores cercanos del 0 representan vegetación escasa, suelo desnudo o zonas urbanas sin casi vegetación.
Gracias a esta información que proporciona el índice NDVI, por un lado, los encargados de la planificación urbana podrán evaluar la forma de construir sin afectar al medioambiente colindante y, por otro lado, los encargados de parques y jardines pueden darles un tratamiento adecuado a las zonas verdes de la ciudad, algo que mejora la calidad de vida de los habitantes.
Datos geoespaciales para monitorizar los cambios climáticos a nivel urbano
Cuidar del medioambiente y la vegetación solo es parte de la solución. Las ciudades son uno de los principales puntos de emisión de gases de efecto invernadero, gracias a las emisiones de los sistemas de calefacción central o los vehículos de combustión. La acción climática en las ciudades depende de la disponibilidad de datos y herramientas que permitan una toma de decisiones adecuada y la aplicación de las medidas necesarias.
En particular, la tecnología geoespacial ofrece una valiosa perspectiva sobre los procesos del clima, con el potencial de apoyar el desarrollo de planes de mitigación del cambio climático y adaptación por parte de los gobiernos locales. Entre esas acciones se encuentran el desarrollo de un inventario de GEI, la evaluación del riesgo climático y la vulnerabilidad, la modelización de escenarios de construcción o el análisis del impacto de determinadas acciones.
Gestión de catástrofes
A raíz de catástrofes como el huracán Milton en Florida (EE.UU.) o las recientes inundaciones de Valencia (España), gobiernos, organizaciones internacionales y diferentes instituciones se han puesto manos a la obra para mejorar la gestión de las catástrofes en todas sus etapas. Aunque cada zona tiene sus propios riesgos de desastre, lo cierto es que la tecnología geoespacial, con datos provenientes de satélites meteorológicos, sistemas de navegación, satélites de telecomunicaciones, etc. pueden aportar información clave, tanto en la prevención previa, como en la mitigación y la gestión posterior a la catástrofe.
La existencia de iniciativas y programas sobre armonización de datos geoespaciales, especialmente a escala internacional, pone de relieve el poder de esta tecnología en los sistemas de alerta temprana. Se espera que la combinación de estos datos junto a tecnologías como la inteligencia artificial o el aprendizaje automático cree modelos todavía más potentes y fiables que puedan salvar vidas y mitigar al máximo los daños causados.
Autor: Vasyl Cherlinka. Doctor en Biociencias especializado en Edafología (ciencia del suelo), con 30 años de experiencia en este campo. Licenciado en Agroquímica, Agronomía y Edafología.