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¿Cuáles serán las prioridades de la UE en su VIII Programa de Medio Ambiente 2030?

Desde mediados de los años setenta, la política medioambiental de la UE se viene rigiendo por unos Programas de Medio Ambiente (PMA) que definen los objetivos prioritarios que deben alcanzarse durante un período determinado. Dado que el VII PMA finalizó en 2020, la Comisión Europea aprobó una propuesta de VIII PMA para el período hasta 2030, destinado a completar el Pacto Verde Europeo. El Comité Europeo de las Regiones y la Comisión Europea cooperan estrechamente para garantizar la ejecución y el desarrollo efectivos de las políticas medioambientales a través de la Plataforma técnica para la cooperación en materia de medio ambiente .En esta entrevista, Dimitrios Karnavos, alcalde de Kallithea (Grecia) y ponente de un proyecto de Dictamen sobre el VIII PMA realizado desde el Comité Europeo de las Regiones, responde a cuestiones básicas sobre este nuevo marco ambiental de la UE.

El proyecto de Dictamen se someterá a votación en el próximo pleno previsto los días 3 a 5 de febrero, tras un debate general de orientación que se entablará en la reunión de la Comisión ENVE del 1 de febrero. Si bien las políticas medioambientales de la UE han aportado beneficios sustanciales en las últimas décadas, Europa sigue afrontando desafíos climáticos, medioambientales y para la sostenibilidad sin precedentes. Entre ellos figuran la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el uso de los recursos y la contaminación. El VIII PMA es fundamental para afrontar estos retos en la era posterior a la COVID-19.

Desde una perspectiva local y regional, ¿en qué prioridades debería centrarse el Octavo Programa de Acción en materia de Medio Ambiente?

El Octavo Programa de Acción en materia de Medio Ambiente proporciona una visión estratégica a largo plazo y orientaciones para lograr una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y sostenible de aquí a 2050, en consonancia con el Pacto Verde Europeo, que es la nueva estrategia de la UE para lograr la neutralidad climática para mediados de siglo. El Octavo Programa de Acción en materia de Medio Ambiente, junto con los seis objetivos prioritarios descritos en la propuesta de la Comisión Europea, reflejan los objetivos y expectativas de los líderes locales y regionales.

La pandemia de COVID-19 nos ha enseñado que todas las políticas de la UE que promuevan la salud humana, un planeta sano, una economía sana y una sociedad sana con oportunidades para todos deben asentarse en un enfoque de vida saludable. En este contexto, es fundamental y necesario poner de relieve el vínculo existente entre la salud y el medio ambiente. Debemos garantizar que el VIII PAM contribuya a un entorno sin sustancias tóxicas, mejore el nivel de vida de los ciudadanos y fortalezca la resiliencia de nuestras comunidades. También debemos garantizar que el VIII PMA promueva un entorno empresarial sostenible y fomente las inversiones ecológicas a todos los niveles (UE, nacional, regional y local). Todo esto es necesario si aspiramos a una UE más fuerte y sostenible en la era posterior a la COVID.

¿Cómo puede el nuevo PMA garantizar una mejor integración de las prerrogativas medioambientales y climáticas con otras políticas sectoriales de la UE? ¿Cómo está conectado el VIII PMA al Pacto Verde Europeo?

No siempre es fácil integrar más eficazmente las cuestiones medioambientales y climáticas en otras políticas sectoriales de la UE, ya que los distintos sectores tienen prioridades específicas. A veces, incluso las propias políticas medioambientales y climáticas parecen actuar como fuerzas contrapuestas. Por ejemplo, las políticas de protección del clima y de reducción de las emisiones de carbono promueven la instauración y ejecución de proyectos relativos a las energías renovables. Por otro lado, la política especialmente importante destinada a detener la pérdida de biodiversidad y a mantener la cohesión de la Red Natura 2000 parece contradecir, en parte, la política de protección del clima, por ejemplo, cuando se despliegan y gestionan proyectos de energías renovables en zonas protegidas.

Por lo tanto, debemos ser coherentes y avanzar en la misma dirección ya que todos afrontamos los mismos retos. Es importante aprovechar al máximo las herramientas y los métodos disponibles para establecer un marco para el seguimiento y la mejora continuos del comportamiento medioambiental, incluidas las inversiones para la protección del medio ambiente y del clima. También deberíamos acordar una hoja de ruta clara que nos encamine hacia la neutralidad climática de aquí a 2050. Respecto a las ciudades y regiones, no debemos olvidar que incumbe a los entes locales y regionales un papel relevante a la hora de agrupar a empresas, centros de investigación y universidades, así como para lograr que los ciudadanos y a las partes interesadas locales participen en el diseño y la ejecución de las políticas medioambientales.

¿Cómo podemos garantizar que las políticas medioambientales se apliquen plenamente en todas las comunidades de la UE?

Ciertamente, me congratulo de que el VIII PMA considere como prioridad clave lograr una aplicación más eficaz y eficiente. Con el fin de mejorar la puntuación en la ejecución de las acciones, los entes locales y regionales deben contar con los instrumentos adecuados y los recursos adecuados. Somos responsables de la aplicación del 70 % de la legislación de la UE, el 90 % de las medidas de adaptación al cambio climático y el 70 % de las medidas de mitigación del cambio climático. Necesitamos enfoques innovadores que capaciten a los entes locales y regionales para ofrecer soluciones a medida con vistas a mejorar la ejecución de las políticas medioambientales sobre el terreno, ya sea en zonas urbanas, rurales o montañosas, en islas o zonas costeras.

Se necesitan más investigación, datos y conocimientos para abordar los retos medioambientales específicos que nos incumben y aprovechar las oportunidades en distintos tipos de comunidades locales y regionales, ya que cada zona geográfica presenta sus propios retos, fortalezas y puntos débiles. Por lo tanto, en el Dictamen que he elaborado sobre el VIII PMA, abogo por un enfoque holístico, de base local y orientado por zonas, como la mejor manera de alcanzar un modo de vida saludable. Solo tendremos éxito si instauramos un marco de gobernanza multinivel que funcione adecuadamente y animamos a todos los niveles de gobierno a promover la cooperación administrativa, interregional, intermunicipal y transfronteriza en materia de políticas medioambientales.

También necesitamos reforzar la base de conocimientos medioambientales, aprovechando el potencial de las tecnologías digitales y de inteligencia de datos, incrementando el recurso a soluciones naturales y a la innovación social para mejorar la consecución de los objetivos medioambientales. Por ejemplo, en Kallithea, octavo municipio más grande de Grecia y cuarto mayor del área metropolitana de Atenas, hemos puesto en marcha un proyecto basado en el uso de tecnologías digitales (tecnología iBeacons y Realidad Augmentada) para motivar a los residentes y visitantes a utilizar formas sostenibles de transporte, como los desplazamientos a pie y en bicicleta, con el fin de reducir las emisiones de carbono, mejorar la calidad del aire y poner de relieve la necesidad de preservar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad.

¿Cómo puede el VIII PAM contribuir a garantizar que las comunidades locales y regionales de la UE dispongan de recursos adecuados para ejecutar las políticas de la UE en materia medioambiental y climática en el marco de una recuperación ecológica tras la COVID-19?

Como ya he mencionado, es fundamental disponer de recursos adecuados si queremos ejecutar con éxito las políticas medioambientales y climáticas sobre el terreno. Los recursos incluyen una financiación específica y un marco jurídico claro, pero también recursos administrativos como los conocimientos humanos, el desarrollo de capacidades, el conocimiento y la puesta en común de las mejores prácticas. El VIII PAM debe desarrollar un marco integrado para dotar a los entes locales y regionales de los instrumentos adecuados en consonancia con la estrategia de recuperación ecológica tras la COVID-19.

Debe incluir incentivos para avanzar hacia políticas medioambientales más ambiciosas, en particular para las que están rezagadas, pero también para aquellas que funcionan bien, con el fin de fomentarlas aún más. No obstante, lamento el desajuste existente entre el acuerdo sobre el marco financiero plurianual para el período 2021-2027 y el VIII PMA. Sin duda, deberían coordinarse mejor. Como rasgo positivo, me complace comprobar que el próximo presupuesto de la UE considera esencial el clima y las transiciones digitales, que ha asignado el 30 % tanto del presupuesto a largo plazo de la UE como del paquete NextGenerationEU para luchar contra el cambio climático y que, además, presta especial atención al medio ambiente y a la biodiversidad. Confío en que el VIII PAM cree el marco adecuado para las inversiones verdes y azules y la innovación en todos los niveles de gobernanza. Estos son esenciales si queremos construir comunidades resilientes, generando al mismo tiempo crecimiento y empleo en una sociedad justa e integradora basada en la solidaridad. También espero que el VIII PAM proporcione instrumentos de mejora de capacidades, una base de datos de conocimientos y mejores prácticas e incentivos para la cooperación entre ciudades, como las revisiones interpares y actividades de aprendizaje mutuo, las visitas in situ y los hermanamientos ecológicos, para impulsar la recuperación verde.

En cuanto al impacto de la COVID-19 en la agenda medioambiental, ¿constituye un obstáculo o una oportunidad para acelerar la acción?

Huelga decir que la COVID-19 debe ser vista como una oportunidad para acelerar la agenda medioambiental. Durante los últimos meses hemos observado mejoras en la calidad del aire, la restauración de la biodiversidad y, en general, los ecosistemas. Estos aspectos deberían servir de punto de partida. Me congratulo de que la UE prevea una recuperación tras la COVID-19 que vaya acompañada de las transiciones ecológica y digital. Nuestras comunidades locales han de recuperarse económicamente, pero de manera sostenible y resiliente. A este respecto, hago hincapié en la necesidad de mejorar nuestra comunicación con los ciudadanos para tenerlos en cuenta, pues solo con el compromiso pleno y cotidiano de todos lograremos estos objetivos. Tenemos que concienciar sobre los beneficios de las políticas en materia de clima, medio ambiente y biodiversidad, además de demostrar cómo mejoran nuestra salud y nuestro bienestar, al tiempo que hacen que nuestras economías locales sean más sostenibles y competitivas (Fuente: Comité Europeo de las Regiones, Unión Europea).

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