El plan urbanístico, diseñado por el prestigioso arquitecto Juan Herreros, surge de una filosofía clara: “lo que se programa, diseña y construye es para las personas que lo usan y habitan”, en palabras del propio arquitecto. Una postura que ya ha implementado en ciudades de todo el mundo y que, ahora también, aportará a la Patacona, facilitando un uso más eficiente e inteligente del espacio.
Su aplicación es tan sencilla como revolucionaria: liberar espacio público de gran calidad para dejar paso a la naturaleza y a las personas. Con un diseño urbano resiliente y sensible con el paisaje, la regeneración del antiguo sector industrial de Vinival cuenta con 37.000m2 de espacios libres y plazas para el encuentro de la comunidad local, que potencian la biodiversidad en sus 15.500m2 de jardines de especies autóctonas y 3.800m2 de huertos urbanos productivos.
Desde su concepción, el proyecto apuesta de manera holística por la sostenibilidad haciéndola presente en cada una de sus facetas. Las propias actuaciones de regeneración del barrio están pensadas para minimizar la huella de carbono, utilizando sistemas constructivos ecológicos y de baja emisión de CO2, y diseñando para evitar el movimiento innecesario de tierras. Así, la sostenibilidad va más allá del efectivo ahorro y la eficiencia energética en viviendas y espacios públicos. No podía ser de otro modo: el propio camino para alcanzar la sostenibilidad en Vinival es, en sí mismo, sostenible, contribuyendo así a los compromisos adquiridos por la ciudad de Valencia y de Alboraya para avanzar en la neutralidad climática en 2030 y 2050, respectivamente.
Un verdadero catálogo de soluciones “verdes” que incluyen pavimentos drenantes y filtrantes, superficies permeables que alimenten los acuíferos, el reciclaje y reutilización de aguas grises para el riego de las zonas verdes, o la creación de zonas de sombra a través de masas arbóreas o pérgolas fotovoltaicas para adaptar los espacios públicos a los efectos del cambio climático.
Además, el proyecto protege el edificio de las antiguas bodegas Vinival, lo recupera y sitúa en el corazón de esa cuidada red de plazas y espacios libres de calidad, devolviéndole así su valor simbólico como icono de la identidad de la Patacona. Una pieza singular del patrimonio local que podrá albergar usos mixtos relacionados con el ocio cultural, deportivo, comercial o gastronómico. De esta manera, la propuesta responde a la preocupación de los vecinos sobre el deterioro de la zona y la dotará de actividades sostenibles en el tiempo y viables para la comunidad.
Para el desarrollo de este plan urbanístico, Metrovacesa ha puesto en marcha un proceso de participación ciudadana pionero en el sector, para el que se han desarrollado desde otoño de 2021 multitud de encuentros, actividades colaborativas y diálogos con la ciudadanía. Este proceso de dinamización y diálogo con la comunidad local, que ha acompañado al proyecto desde sus inicios, se ha dirigido a que “todo el que esté interesado pueda conocerlo a fondo y pueda seguir contribuyendo a mejorarlo con sus aportaciones en sus distintas fases”, señalan desde la compañía. El objetivo principal con la apertura de estos espacios de colaboración con la ciudadanía es que el proyecto respondiera a las necesidades del barrio e incorporara mejoras relevantes para los vecinos y las vecinas del entorno. Por ello, en respuesta a la demanda vecinal de vivienda y las necesidades de crecimiento del municipio, el proyecto propone la creación de 1.042 hogares con diversidad tipológica y calidad para todo tipo de familias, con un 30% de viviendas de protección pública.
Entre las mejoras relevantes incorporadas a la versión inicial del proyecto destaca la rebaja en las alturas de los edificios, de las 18 plantas iniciales que alcanzaban algunos al actual límite de 11, en sus puntos más altos, adecuándose a las alturas entorno. Además, mantienen una distribución que garantiza corredores visuales y peatonales que faciliten la permeabilidad entre el mar y la huerta. También se ha mejorado el diseño de terrazas y los espacios libres de las viviendas para aprovechar las energías renovables características de la zona (sol y viento) y se fomenta un tratamiento responsable de los residuos y de gestión de las aguas.
Gracias a las numerosas ideas aportadas por las distintas asociaciones, entidades locales, vecinos y vecinos implicados en el proceso, el proyecto ha mejorado la superficie de equipamientos, incorporado un espacio para un supermercado, además de introducir medidas orientadas a restringir el uso de vivienda turística y los usos recreativos que puedan generar molestias a los residentes.
En cuanto la movilidad, las antiguas bodegas ganarán accesibilidad peatonal y se crea un nuevo acceso norte a La Patacona a través de la CV-312, antes de la salida a la V-21, que permitirá mejorar las anteriores entradas. Un proceso que además ha logrado activar a la comunidad local y movilizarla en defensa del patrimonio industrial Valenciano, con encuentros tan emblemáticos como la apertura al público del recinto de las antiguas bodegas Vinival en el festival de arquitectura Open House Valencia, que en la edición de 2022 lo convirtió en el tercer edificio más visitado y que en 2023 volverá a celebrarse con la participación del edificio.
El equipo de participación anuncia que este mes de septiembre se retomarán las actividades divulgativas y las acciones ciudadanas, cuyos frutos quedarán recogidos en la página web habilitada como herramienta de transparencia y comunicación continua del proceso para que siga inspirando nuevos proyectos de planificación urbana comprometidos con el futuro de sus comunidades y territorios (Fuente: Metrovacesa).