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biodiversidad urbana

Ciencia ciudadana al servicio de la biodiversidad urbana

Ciencia ciudadana, naturaleza urbana y educación ambiental  es un documento que explora las posibilidades que ofrecen la ciencia ciudadana actual y los avances tecnológicos aplicados a la realidad virtual y a las experiencias inmersivas en la mejora y conservación de la biodiversidad en las ciudades. Es también una guía de recopilación de experiencias que analiza el potencial educativo y transformador que esta práctica tiene en las personas y comunidades participantes. Además,  identifica sus aspectos más relevantes y cómo estos pueden servir de inspiración para cualquier persona, entidad o administración pública interesada en apoyar proyectos de investigación ya existentes o crear otros nuevos.

Ciencia ciudadana, naturaleza urbana y educación ambiental  ha sido realizado por Fundesplai y por el CREAF. Fundesplai  es una entidad sin ánimo de lucro que trabaja desde hace más de 50 años en favor de la infancia, la juventud, las familias y el tercer sector social, con la finalidad de mejorar el medio ambiente y promover la ciudadanía y la inclusión social.

Por su parte, el CREAF es un centro de investigación público dedicado a la ecología terrestre y el análisis del territorio,  que genera conocimientos y metodologías para la conservación, gestión y adaptación al cambio global.

Proyectos de éxito

Tras una amplia introducción destinada a glosar en profundidad el concepto de ciencia ciudadana, sus implicaciones y sus potencialidades, la parte central y más importante del documento recoge 15 proyectos en el ámbito de la ciencia ciudadana. Todos ellos se centran en el ámbito de la biodiversidad, especialmente en contextos urbanos y contienen elementos que los hacen especialmente relevantes en la dimensión educativa.

Entre ellos cabe destacar proyectos con objetivos tan distintos como:  el seguimiento de mariposas en parques urbanos de Madrid y Barcelona; la recopilación de cantos de pájaros en ciudades de todo el mundo aprovechando el silencio creado por el confinamiento durante la pandemia; el seguimiento del estado de salud del Mediterráneo en Cataluña y Baleares; la  creación y seguimiento de hábitats e insectos polinizadores en jardines, huertos y espacios verdes de Italia; o la detección de plantas ornamentales no autóctonas que sean potencialmente invasoras en Irlanda y el Reino Unido, entre otros.

Cada proyecto es  presentado a través de una fórmula de pregunta-respuesta que da lugar a un relato sencillo y rápidamente comprensible donde se hace hincapié en los impactos y resultados obtenidos.

Acción Educativa

A continuación, Ciencia ciudadana, naturaleza urbana y educación ambiental  presenta una serie de reflexiones sobre los aspectos que contribuyen a que un proyecto de ciencia ciudadana se convierta al mismo tiempo en un proyecto educativo y transformador.

Entre los aspectos identificados en este sentido cabe señalar: trabajar con problemas reales; promover la vocación científica; incluir una dimensión grupal; crear vínculos emocionales y fomentar el trabajo en red impulsando el compromiso y el servicio a la comunidad.

La realidad aumentada merece un tratamiento especial en el documento. Esta tecnología destaca por sus capacidades para facilitar el trabajo de recopilación de datos por parte de las personas participantes en un proyecto, así como para gamificar la experiencia con la visualización de elementos normalmente no visibles de la realidad, incrementando así el compromiso y la sensibilización de la ciudadanía en temas ambientales.

Ciencia ciudadana, naturaleza urbana y educación ambiental finaliza con algunas conclusiones muy relevantes. En primer lugar, la ciencia ciudadana facilita a los investigadores la recopilación e interpretación de grandes conjuntos de datos (espaciales y temporales) que la ciencia no podría obtener de ningún modo sin la ayuda de una red de personas activas distribuida por el territorio.

Visto desde otra perspectiva, sirve además como un instrumento útil para acercar la ciencia a la sociedad. De este modo la sociedad conecta con la importancia de la ciencia y toma consciencia de muchas cuestiones ambientales cercanas que de otro modo pasarían desapercibidas.

Por su parte, las administraciones públicas pueden adquirir información valiosa para la toma de decisiones en determinadas políticas públicas. Finalmente, se constata que la ciencia ciudadana aún tiene mucho terreno por recorrer y que puede incidir todavía en mayor medida en un cambio social y cultural a gran escala.


Texto: Albert Punsola


 

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