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COP26: lo que dicen los informes de la ciencia y los objetivos de la cumbre para estar a la altura del desafío climático

La 26 Cumbre de Cambio Climático (Conferencia de las Partes, COP26) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) organizada por el gobierno del Reino Unido en la ciudad escocesa de Glasgow se está celebrando hasta el12 de noviembre, aunque las negociaciones se suelen alargar algún día más. Os dejamos dos elementos importantes para interpretar mejor o que va a pasar en estos días: los informes previos que están sobre la mesa de los negociadores y los principales objetivos que  se esperan de la Cumbre.

Aunque en 2020 no se celebró ninguna COP, sí se ha avanzado mucho tanto en la preparación previa a la COP26 como en aspectos tanto científicos como técnicos, estos últimos fundamentales para que ahora las negociaciones en Glasgow se puedan desarrollar con fluidez. Los negociadores de la COP26 van a tener sobre la mesa numerosos informes elaborados en los últimos meses. Estos son los más importantes:

Informe primero del AR6 del IPCC. Agosto 2021. Es la primera entrega de los informes que compondrán el AR6, el sexto gran documento que elabora el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) que se terminará en 2022. Según este nuevo informe, los científicos están observando cambios en el clima de la Tierra, en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto. Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios.

Informe de síntesis de la CMNUCC. Octubre 2021. Muestra que las actuales Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de reducción voluntaria de emisiones de cada país (NDC, por sus siglas en inglés) no son suficientes para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, lo que nos situaría en camino de un peligroso calentamiento global de 2,7° C con efectos extremadamente nocivos que plantean un reto existencial. Aunque las NDC presentadas por 143 países hasta el momento indican que podrían reducir sus emisiones en un 9% entre 2010 y 2030 (y que 71 NDC también se plantean llegar a la neutralidad climática para 2050), lo cierto es que el informe deja claro que si se analiza el conjunto de los 192 países que forman parte de la COP las emisiones subirán en un 16% para 2030 en comparación con 2010.

Emissions Gap report 2021, UNEP. Octubre 2021. Es la duodécima edición de una serie anual que ofrece una descripción general de la diferencia entre dónde se prevé que estén las emisiones de efecto invernadero en 2030 y dónde deberían estar para evitar los peores impactos del cambio climático. Ratifica las conclusiones del informe de la CMNUCC:  los nuevos compromisos climáticos nacionales (NDC) y otras medidas de mitigación existentes encaminan al mundo hacia un aumento de la temperatura global de 2,7 grados para finales de siglo. Eso está muy por encima de los objetivos del acuerdo climático de París y conduciría a cambios catastróficos en el clima de la Tierra.

Claves de las negociaciones

La agenda de la COP26 es amplia y compleja. La parte más mediática es la declaración política que saldrá de la cumbre marcando determinados objetivos, pero detrás de esto existen numerosos acuerdos técnicos en muy diferentes planos.

Mitigación y adaptación: ya parece claro que las emisiones mundiales no dejarán de subir por lo menos hasta 2030, aunque hay regiones del mundo que se han marcado objetivos ambiciosos. Por ejemplo, la Unión Europea va a reducir sus emisiones en un 55% respecto a las de 1990 (suele ser el año base que se toma siempre). Por el contrario, existen fuertes resistencias por parte de varios países a abandonar el uso de los combustibles fósiles, a lo que se suma el incremento de la demanda de energía a nivel mundial, el aumento constante de la población y la creciente urbanización del planeta (las ciudades son las causantes de más del 70% de las emisiones de C02). Según los cálculos de Naciones Unidas, para no aumentar la temperatura por encima de 1,5 grados las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 deberían rondar las 25 gigatoneldadas, pero lo cierto es que con los actuales compromisos (escasos para el objetivo que se persigue) nos podríamos colocar en 50 gigatoneladas, e incluso llegar a las 65 gigatoneladas.

Financiación: desde el Acuerdo de París los países desarrollados se comprometieron a movilizar a partir de 2020 y hasta 2025 un total de 100.000 millones de dólares anuales de financiación internacional en la lucha contra el cambio climático para ayudar a los países más vulnerables (especialmente países en desarrollo) y a los pequeños Estados insulares, en particular en sus esfuerzos de mitigación y adaptación. La UE es el mayor donante, con una contribución por encima de la cuarta parte del objetivo. Sin embargo, en 2020 y 2021 no se ha cumplido con este objetivo, alcanzando solo el 80% de la cantidad mencionada. Según cálculos de Naciones Unidas. es probable que se alcancen los 100.000 millones de dólares a partir de 2023, aunque esta cantidad será revisada seguramente al alza en los próximos años. Los gobiernos de Canadá y Alemania llevan ya tiempo trabajando para elevar a la COP26 una propuesta a modo de hoja de ruta para cumplir este compromiso.

Uno de los objetivos de este plan de financiación climática es encontrar un equilibrio de la inversión en los países desarrollo entre mitigación y adaptación, siendo lo ideal para Naciones Unidas un 50% para cada partida. Igualmente, se buscará establecer mecanismos para definir con claridad en qué momento se encuentra esta financiación anual y evaluar el impacto real de la misma.

Lo mismo ocurre con la llamada Agenda de Pérdidas y Daños, vías de financiación para los Estados que más sufren los impactos del cambio climático. Son muchos países, especialmente los más vulnerables, que piden transparencia y claridad a la hora de derivar fondos y ayudas económicas cuando se producen desastres naturales provocados por el calentamiento global.

Artículo 6 del Acuerdo de París, mercados de carbono: fue el tema más conflictivo en la COP25 de Madrid de 2019 y, de hecho, no se alcanzó ningún acuerdo, dejándolo todo pendiente para la COP26. Es el remate que falta para que el Acuerdo de París entre plenamente en vigor en toda su extensión.

El artículo 6 del Acuerdo de París reconoce el potencial de los mercados internacionales del carbono para lograr reducciones de las emisiones de forma rentable y estimular la inversión del sector privado.  El artículo 6.2 establece un marco de contabilidad para la cooperación internacional y la vinculación de los regímenes de comercio de derechos de dos o más países (por ejemplo, la vinculación del sistema de limitación y comercio de la Unión Europea con el sistema de limitación y comercio suizo). También permite la transferencia bilateral de créditos de carbono entre países.

El artículo 6.4 establece un mecanismo central de las ONU para certificar los créditos negociables procedentes de las reducciones de emisiones generadas mediante proyectos específicos entre, por ejemplo, dos o más países, empresas, inversores…. El problema es que no todos los países están de acuerdo con las condiciones que quiere imponer el nuevo sistema de mercados de carbono. Además, la ONU quiere evitar duplicidades en la contabilidad de bonos de carbono, lo que muchos ya han llamado “hacerse trampas al solitario”.

Metano y transporte: son dos líneas de trabajo específicas que se desarrollaran en esta COP. Se intentará llegar a un acuerdo para reducir en un 30% las emisiones de metano y poner en marcha planes para impulsar la electrificación del transporte por carretera (apoyo al vehículo eléctrico).


Texto: Carlos Martí


 

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