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Desglosando la Agenda Urbana Española

Aprobada hace apenas un año, la Agenda Urbana Española es el ‘aterrizaje’ en nuestro país de la Nueva Agenda Urbana aprobada por Naciones Unidas en la Conferencia HABITAT III de 2016.  Con sus 10 grandes objetivos, este documento liderado por el Ministerio de Fomento asimila la legislación que deriva en el actual modelo urbano, pero inyecta a éste la visión necesaria para que se produzca la transición económica, ecológica y social que tanto necesitan nuestras ciudades. Aquí os dejamos un breve texto que os puede servir de ‘guía’ a la hora de leer este documento.

La Agenda Urbana Española (AUE), impulsada por el ministerio de Fomento y aprobada por el Consejo de Ministros en febrero de 2019, es un documento estratégico, sin carácter normativo, cuyo propósito fundamental es incrementar la presencia de los criterios de sostenibilidad (ambiental, económica y social) en las políticas urbanas.

Este propósito se halla en consonancia con un marco estratégico internacional que se mueve en la misma dirección y del cual forman parte la Agenda 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la nueva Agenda Urbana de las Naciones Unidas (Habitat III) y la Agenda Urbana para la Unión Europea que inicio su andadura en 2016.

Sociedad urbana

Las previsiones de Naciones Unidas apuntan a que dentro de 20 años, dos tercios de la población mundial será urbana. En España este porcentaje ya se ha superado y con creces: el 80% se concentra en áreas urbanas que, por otra parte, suponen solo el 20% del territorio. Esto nos sitúa entre los países con un mayor porcentaje de población urbana de toda la Unión Europea, lo que hace más acuciante si cabe la necesidad de impulsar estrategias que permitan gestionar este escenario. La AUE ofrece instrumentos para hacerlo de manera efectiva.

Las 284 páginas de la AUE son el resultado de un trabajo realizado ‘de abajo arriba’. Se trata de una tarea colectiva que se inició en junio de 2017 y en la que se han comprometido un importante número de expertos independientes. Ha sido un auténtico proceso participativo que ha dado voz a los distintos agentes públicos y privados y que se ha articulado en un total de siete grupos de trabajo que en ocasiones han dado lugar a subgrupos y que han mantenido reuniones y contactos de carácter bilateral.

La AUE apuesta por un modelo territorial y urbano ya establecido por la legislación estatal sobre el suelo y la rehabilitación urbana (así como por diversas leyes urbanísticas autonómicas vigentes) pero con una mirada ampliada y renovada que permita avanzar en la transición económica, ecológica y social, que implica aspectos como la redefinición del modelo productivo teniendo en cuenta las enormes posibilidades que ofrecen las ciudades para este fin.

A la carta

Una de las mayores ventajas de la AUE es que, por una parte, es un documento con una gran densidad de contenido y perfectamente estructurado, pero a la vez es adaptable a cualquier escala y contexto. El documento marca 10 grandes objetivos genéricos (ver recuadro) de los que se derivan 30 objetivos más específicos. Para cada uno de ellos se han establecido cerca de 300 líneas de actuación que deben llevar a su consecución.  Con todo esto, la AUE pone a disposición de quienes estén interesados en su implementación, un verdadero ‘menú a la carta’ para que puedan elaborar sus propios planes de acción. La coherencia de toda esta estructura conceptual garantiza el mantenimiento de los criterios de sostenibilidad en cualquier política o actuación que se emprenda.

Los responsables de la AUE han querido ofrece un método de trabajo y un proceso para todos los actores, públicos y privados, que intervienen en las ciudades y que buscan un desarrollo equitativo, justo y sostenible desde sus distintos campos de actuación. Para elaborar los planes de acción mencionados hay que realizar en primer lugar un diagnóstico de situación para identificar los retos y a continuación aplicar las líneas de actuación previstas para cada caso.

Al referirse a actores públicos y privados el documento de la AUE cita a las administraciones públicas, las empresas, las universidades, el tercer sector y en general a los distintos agentes que configuran la sociedad civil, en última instancia a los propios ciudadanos. Cabe matizar que, si bien la AUE apela a todos estos agentes, lo hace de un modo especial a los ayuntamientos, porque a ellos les corresponde tomar las principales decisiones que diseñan, ordenan, y gestionan los modelos urbanos. La implementación de la AUE está pensada a largo plazo, lo cual no significa posponer la acción, sino que constituye un estímulo para iniciarla y así ir acercándose a los objetivos progresivamente.

Facilitar la iniciativa

Para facilitar el despliegue de las líneas de actuación, la AUE aporta una batería de indicadores de seguimiento y evaluación que se vinculan a cada uno de los objetivos estratégicos. A través de ellos se puede establecer el nivel de progreso de las medidas y acciones programadas.

De manera adicional, el documento de la AUE recoge el plan de acción de la administración central de la Agenda 2030. Este plan incorpora un grupo no cerrado de acciones concretas (centradas en normativa, planificación, gobernanza, financiación, difusión de conocimiento) que se podrá ir ampliando y revisando conforme se vaya avanzando en la implementación de la AUE. Se trata, por tanto, de un proceso paralelo y complementario pensado para reforzarla.

En definitiva, la AUE busca la puesta en marcha de soluciones locales a los retos que plantean en España problemas globales como el aumento imparable de la población urbana, las crisis humanitarias, los procesos de transformación del suelo y de construcción de vivienda, la atracción y desarrollo de actividades económicas y productivas, las relaciones sociales, la pérdida de identidad cultural, y las repercusiones ambientales del cambio climático.

Aparte de la existencia de todas estas problemáticas, el documento es necesario porque, si bien las ciudades españolas responden al modelo mediterráneo de densidad, compacidad, y mixticidad que favorecen el equilibrio y el bienestar, en las últimas décadas se han producido demasiadas dinámicas disruptivas que han debilitado la capacidad de respuesta de este modelo (Autor: Albert Punsola).

 

10 grandes objetivos de la AUE

El siguiente decálogo sirve de base a cerca de 30 objetivos específicos y a unas 300 líneas de acción:

  • Ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo, conservarlo y protegerlo.
  • Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente.
  • Prevenir y reducir los efectos del cambio climático y mejorar la resiliencia.
  • Hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular.
  • Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible.
  • Fomentar la cohesión social y buscar la equidad.
  • Impulsar y favorecer la economía urbana.
  • Garantizar el acceso a la vivienda.
  • Liderar y fomentar la innovación digital.
  • Mejorar los instrumentos de intervención y la gobernanza.

 

Las 5 claves de la Agenda

  1. Apela a todos los agentes sociales y a la ciudadanía, no solo a las administraciones.
  2. Ofrece un marco conceptual sólido que se traduce en líneas de actuación, métodos y fórmulas de implementación concretas.
  3. Permite el seguimiento y evaluación a través de indicadores.
  4. Traslada principios de acción global a la política y la acción local.
  5. Contribuye a preservar las virtudes del modelo urbano mediterráneo.

 

 

SABER MÁS

EL Ministerio de Fomento tiene una web específica para la AUE. Contiene toda la información sobre la agenda y permite elaborar el correspondiente Plan de Acción con fichas-tipo para ayudar a sistematizar el trabajo.

http://www.aue.gob.es

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